Villanueva de Cauche es una pedanía de la comarca de Antequera perteneciente a la provincia de Málaga. Situada a 635 metros de altitud sobre el nivel del mar domina un entorno con excelentes paisajes. Al norte tiene la sierra de Las Cabras con el pico Cabras de 1284 metros de altitud y al sureste el monte Robledo de 896 metros de altitud.

Comunicada por la A-45 con Antequera a 21,8km. Con Casabermeja a 10km. Y Málaga a solo 33km. Hace que la pedanía se encuentre en un punto más que interesante.

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Siguiente imagen: Panorámica de Villanueva de Cauche.

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El pueblo está formado por tres calles y dos plazas: calle Málaga, calle Granada, calle Sevilla, la plaza de España y la plaza de La Constitución, lugar donde se encuentra el palacio-cortijo de los marqueses, declarado bien de interés cultural por la Junta de Andalucía y la iglesia construida en el siglo XVIII

La zona ha sido habitada desde tiempos remotos pues en las inmediaciones de la pedanía fue encontrado el famoso yacimiento romano de Aratispi. La pedanía actual tiene su origen en el castillo medieval (Castillo de Cauche) que vigilaba la zona al que se fueron agregando pequeñas casas de la gente que trabajaban para el feudo. El castillo fue incluido en la jurisdicción de Antequera junto a los de Alnalmara y Tébar por el rey Juan II un 20 de marzo de 1442. Este castillo desapareció por un incendio en 1849 levantándose en su lugar el palacio-cortijo que actualmente se encuentra en la plaza de La Constitución.

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Siguiente imagen: Yacimiento romano de Aratispi.

El Marquesado de Villanueva de Cauche está considerado como el último feudo que aún existía en España y Europa.

La familia Arrese ostentaba el señorío del castillo de Cauche desde principios del siglo XV cuando Antequera fue conquistada por el reino de Castilla repartiéndose sus tierras. En el siglo XVII por real decreto un veintisiete de junio de 1679 el rey Carlos II otorgaba a D. Pedro de Arrese y Aspillaga el título de marqués de Villanueva del Castillo cuyo marquesado abarcaba lo que es la pedanía en la actualidad.

Durante siglos los trabajadores han tenido que pagar al marquesado una especie de diezmo de lo que producían por el derecho a ocupar sus viviendas: gallinas, productos de la matanza, etc. Las viviendas pasaban de unas familias a otras en función de las necesidades por número de miembros ya que carecían de escritura y los inquilinos solo tenían un documento firmado por los marqueses que les daba el derecho para poder vivir en ellas.

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Siguiente imagen: Escudos nobiliarios en el patio interior del cortijo-palacio y de la familia Arrese

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Esta situación medieval se ha mantenido hasta entrado el siglo XXI cuando las ultimas marquesas, las hermanas Carmen y Teresa de Rojas Arrese fallecieron sin descendencia. Todos los bienes pasaron a su sobrino José Luis Moreno de Rojas quien con la mediación del ayuntamiento de Antequera un 13 de abril de 2015 traspaso las propiedades a los vecinos que allí vivieron desde siempre.